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Es mejor Prevenir que Lamentar

En un mundo donde el estrés, la mala alimentación y la falta de movimiento se han normalizado, cuidar de nuestra salud es un tema que urge.

La medicina integrativa surge con un enfoque compasivo que no solo busca curar sino también prevenir enfermedades, acompañando al ser humano en todas las dimensiones de su vida: física, mental, emocional y espiritual.

Este nuevo concepto de la medicina, combina lo convencional con lo actual basado en evidencia científica. No se trata de elegir entre lo natural y lo médico, sino de encontrar un equilibrio que beneficie al paciente.

El valor de la medicina integrativa

En lugar de actuar cuando ya hay una enfermedad, se busca fortalecer el cuerpo y la mente para que tengan mejores defensas frente a los desafíos del día a día. Adoptar hábitos saludables, gestionar el estrés, dormir bien, moverse con regularidad y, por supuesto, cuidar profundamente lo que comemos es el pilar de la buena salud.

El poder de la alimentación complementaria

La nutrición complementaria con vitaminas, minerales, antioxidantes y una dieta equilibrada debe ser la base, pero la realidad es que muchos factores (como el estrés, la calidad de los alimentos, la edad o ciertas condiciones de salud) pueden generar deficiencias nutricionales difíciles de compensar solo con la alimentación.

La medicina integrativa promueve el uso responsable y personalizado de suplementos nutricionales que incluyan:

  • Vitaminas esenciales como la C, D, E y del complejo B, claves para la inmunidad, la energía y la salud celular.
  • Minerales como el zinc, magnesio y selenio, que participan en cientos de funciones del organismo, desde la reparación muscular hasta la regulación hormonal.
  • Ingredientes naturales como cúrcuma, jengibre, omega-3 o antioxidantes como el resveratrol y la moringa, que ayudan a reducir la inflamación, combatir el estrés oxidativo y equilibrar el sistema nervioso.

Paciente activo, salud duradera

Otra característica clave de la medicina integrativa es que el paciente se convierte en protagonista de su proceso de bienestar. Las decisiones se toman en conjunto con los profesionales, priorizando el conocimiento del cuerpo, la escucha interior y el compromiso personal.

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